Lo que hacen los españoles en el baño

De un tiempo a esta parte, el cuarto de baño se ha convertido para los españoles en un escenario que no sólo tiene que ver con la higiene o determinadas funciones corporales. Pasamos cada vez más tiempo en él (según el INE, cada español dedica al cuidado personal, excluidos el sueño y la comida, 51 minutos diarios) y, paradójicamente, cada vez invertimos, mientras estamos allí, más tiempo en nuestra vida social: nada menos que el 15% de los españoles consulta las redes sociales mientras está en el baño y el 14% aprovecha su tiempo allí para enviar SMS. Una reciente encuesta de Staples Advantages publicada por Business Wire ha desvelado que el 35% de usuarios de iPads y otras tabletas se la lleva consigo cuando visita el aseo.

Pero vayamos por partes. Para empezar, ¿cuál es nuestra relación con el cuarto de baño? Primera sorpresa. Casi la mitad de los españoles contempla esta estancia como un "centro de ocio", según la última encuesta Momento Colhogar (de 2009), frente a un exiguo 2% que asegura utilizarlo "para pensar". A pesar de ello, y siguiendo la estela del matemático griego Arquímedes, que descubrió su célebre principio físico al entrar en la bañera o al escocés John Shepherd-Barron, que inventó el cajero automático en el cuarto de baño, son muchas las personas que aseguran que sus mejores ideas las tienen en el W. C., sobre todo cuando se meten en la ducha por la mañana. Que el 8% confiese haber decidido casarse o el tema de su tesis doctoral en este ambiente dice mucho acerca de cómo el aseo promueve la introspección.

¿Tiene esto alguna base científica? "Sí es posible que por la mañana, después de una buena noche de sueño, una persona tenga sus mejores ideas", afirma Jessica Ruiz Medina, doctora en Psicología de la Universitat Oberta de Catalunya. José Alberto Palma, neurólogo en la Clínica Universidad de Navarra y autor del libro Cómo tomamos las decisiones (LibrosLibres, 2012) considera que el fenómeno no está demostrado científicamente, pero apunta que "sí que es cierto que, en general, nuestro rendimiento cognitivo es mejor a primera hora del día (y particularmente, entre las 4 o 5 horas primeras después de levantarnos) que a última hora".


Quien no tiene ideas brillantes en el cuarto de baño, pues… ¡se dedica a cantar! Paul Simon reveló en una entrevista que había compuesto el clásico The Sound of Silence en un cuarto de baño. Según el primer estudio sobre Hábitos de ducha de los españoles, de la compañía Grohe, cuatro de cada 10 personas cantan en la ducha. ¿Por qué? Distintos foros de Internet atribuyen el fenómeno a la peculiar acústica del cuarto de baño. Andrés Peña, director del Laboratorio de Ensayos Acústicos de Calpe Institute of Technology, lo pone en tela de juicio:"En general, hay más eco de la cuenta. No es la acústica más adecuada para la música. Pero la ducha es un momento en el que estamos relajados y a gusto y sin otra cosa mejor que hacer, más allá de filosofar sobre la vida o cantar". Existen auténticos abanderados de la canción en el baño, como los promotores de thewatertapes.com, que cuelgan en su web grabaciones de distintos grupos musicales interpretando su repertorio metidos en un cuarto de baño. ¿Su objetivo? "Crear la biblioteca musical más gamberra y musicalmente diversa del planeta". En su web se puede ver a formaciones de hasta siete miembros cantando tan contentos en el baño.

Lo que más hacemos los españoles en el cuarto de baño es leer: el 64% de los hombres y el 41% de las mujeres, según la encuesta Momento Colhogar. Libros, revistas y periódicos son las lecturas favoritas, aunque hay un 10% que se conforma con leer las etiquetas del champú. Pero hasta este clásico hábito está en vías de extinción. ¿El motivo? El teléfono móvil. La empresa de marketing 11Mark descubrió en un reciente sondeo que tres de cada cuatro estadounidenses admiten usar su smartphone en el cuarto de baño. Eso sí, los usuarios de Android (87%) y BlackBerry (84%) se muestran más activos en el baño que los de iPhone (77%). Pero, mucho ojo con los teléfonos, porque "hay más gérmenes en un teléfono (móvil o fijo) y en un teclado de ordenador que en cualquier lugar de la casa, incluida la taza del váter" advierte el doctor Jordi Esquirol, del Centro Médico Teknon de Barcelona.

También la sexualidad tiene un papel predominante en el escenario del baño. El 34,5% de los españoles mantiene relaciones sexuales en la ducha. Félix Rodríguez González, catedrático de Filología Inglesa en la Universidad de Alicante y autor del Diccionario del sexo y el erotismo (Alianza Editorial, 2011) afirma, además, que el cuarto de baño es el habitat natural de la masturbación.

La sexóloga Ana de Calle considera que la tendencia a masturbarse en el cuarto de baño responde a dos razones: "Primero es un rincón privado, donde nadie de la familia va a entrar. Segundo, tiene la facilidad de la limpieza".

Pero, al margen de consuelos solitarios, el baño es escenario de numerosas fantasías eróticas. Emilio López Bastos, psicólogo y vicepresidente de la Sociedade Galega de Sexoloxía explica que "el erotismo asociado al baño, en una bañera o una ducha que no permiten ver abiertamente sino que solo sugieren, es muy recurrente como escena que incita a la imaginación y la fantasía para ambos sexos. En el baño se produce, además de la intimidad, un momento de relajación, de corporeidad y de sensorialidad a flor de piel. Creo que el componente de intimidad, entrar en el mundo privado del otro, mientras se baña, se ducha, se maquilla, se afeita... es lo que potencia estas escenas como factor de fantasía erótica".

PROBLEMAS DE CONVIVENCIA. Entretenimiento, nuevas tecnologías, sexo… ¡en el baño encontramos de todo! Incluso lo malo. Porque, además de ser uno de los principales escenarios de accidentes domésticos, el cuarto de baño sirve de detector de problemas personales. El psicólogo clínico y profesor de la Universidad Camilo José Cela, Jorge Barraca Mairal comenta que "la persona con un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) con contenido de contaminación puede pasar muchísimo tiempo lavándose y acudiendo al baño cada dos por tres. También usan el baño para su autocontemplación pormenorizada aquellas personas con problemas psicológicos que atañen a la imagen corporal (anorexias, trastornos dismórficos, somatizaciones)".

De menor importancia pero mayor presencia son los problemas de convivencia que genera esta estancia de la casa. A este respecto, el psicólogo López Bastos recuerda que "el aspecto de la privacidad es algo que muchas veces necesitamos trabajar en terapia cuando en una pareja se ha llegado a identificar naturalidad con absoluta falta de privacidad, ya que puede producir efectos adversos en el deseo hacia la pareja. Mantener y cuidar esa privacidad en determinados momentos alrededor de la higiene personal hace que la imagen que tenemos del otro no se distorsione".

El espacio del aseo puede llegar a convertirse en un auténtico campo de minas para la relación de pareja. Aunque la psicoanalista Susana Lorente aclara que "a pesar de que el cuarto de baño sea motivo de frecuentes disputas entre las parejas, hay que saber que el dejarse la pasta de dientes abierta, o la toalla en el suelo, no son los motivos reales por los que se discute. Cuando el cuarto de baño se convierte en un terreno peligroso es cuando hay de base conflictos más profundos en la relación que se manifiestan casi de manera sintomática en cualquier ámbito de la casa".

España lidera el ranking de la UE en lo que a saneamientos se refiere, mientras que algo más del 40% de la población de Rumanía, por ejemplo, vive sin váter con cisterna ni ducha. En el caso de Portugal, el porcentaje es de alrededor del 2,5%, según refleja el estudio Condiciones de la vivienda en Europa del Eurostat (2009).

El arquitecto Eduardo de la Peña Pareja, que junto a su colega Justo García Navarro escribió un apasionante recorrido por la historia del aseo personal en El cuarto de baño en la vivienda urbana (Fundación del Colegio de Arquitectos de Madrid, 1999), aclara que "la higiene fue un valor regenerador durante siglos, en los que se buscaba la limpieza interior, la purificación. Con la expansión de las enfermedades infecciosas en el siglo XIX, la limpieza se convirtió en un valor en sí mismo".

Y ahí aparecieron los baños en los domicilios particulares. De la Peña distingue dos momentos muy diferenciados en su evolución. "En la primera mitad del siglo XX", comenta, "era una especie de clínica dentro de la vivienda. Todo blanco y todo aséptico, ocupaba el menor espacio posible. Porque allí sólo se hacía lo que está previsto hacer. En la segunda mitad del siglo XX, las cosas cambiaron y el baño se convirtió en un espacio más de la vivienda, con la entrada del color, la luz natural y de materiales más cálidos, tipo la madera". Ahora, en el siglo XXI, la tendencia es romper espacios. "El cuarto de baño está empezando a ser blanco de la capacidad creativa del arquitecto. Hay diseños llenos de vegetación, otros hechos de cristal, pequeñas bibliotecas o gimnasios a escala que se incorporan al aseo. Se intenta que el espacio privado esté muy unido al de la higiene, de ahí que se busque dotar a cada dormitorio de su propio baño". Por supuesto, esto ocurre en las obras de promoción privada, ya que, como advierte el arquitecto, "en los de VPO estamos a mediados del siglo pasado".

Desde luego, la imaginación y la tecnología auguran un buen futuro al cuarto de baño: platos de ducha que amortiguan caídas, paredes con sensores que ventilan, cerámicas que repelen las bacterias... Y, eso sí, una decidida apuesta por el diseño. Y es que hoy en día el status social no se mide ya por el número de cuartos de baño que tiene uno en casa (como ocurría en tiempos de Isabel Preysler), sino por la calidad artística que alcance este espacio tan cotidiano. De ahí que algunos exagerados expongan sus colecciones de arte sobre el inodoro, como hiciera Juan Antonio Roca con su Miró, antes de verse implicado en diversos casos por corrupción. Y es que para los españoles, esto del baño ya es todo un arte.

"LAS FANTASIÁS EN EL BAÑO SON RECURRENTES POR LO QUE TIENEN DE ACCESO A LA PRIVACIDAD DE OTRO", DICE UN SEXÓLOGO

UN ARQUITECTO: "ANTES ERA BLANCO, ASÉPTICO Y LO MÁS PEQUEÑO POSIBLE. HOY ES OBJETO DE LA CREATIVIDAD DEL DISEÑADOR"


NUESTRO ASEO, EN CIFRAS*

EROTISMO

El 82% de los momentos que los hombres recuerdan en el baño son de índole sexual.

El 34,5% de los españoles afirma mantener actividad sexual en la ducha, pero mientras los hombres lo hacen en un porcentaje del 42,2%, las mujeres sólo en un 26,7%.

ENTRETENIMIENTO

Un 64% de los hombres lee en el baño. Sólo el 41% de las mujeres lo hace.

El 34% de los varones aprovecha sus visitas al aseo para leer prensa, el 27% libros, un 22% folletos publicitarios y un 10%, la etiqueta del champú.

El 17% de las mujeres se entrega a las revistas, el 12% a los libros y un 10% se informa sobre la composición del champú.

El 17% de los que leen, lo hacen acompañados de su locutor radiofónico favorito.

El 14% aprovecha para enviar SMS.

El 12% ejercita su cerebro rellenando crucigramas.

Un 2% reflexiona sobre su propia vida en sus visitas al inodoro.

Un 8% de los españoles ha tomado alguna decisión trascendental en la soledad del aseo: casarse, cambiar de trabajo o el tema de la tesis doctoral.

El 50% de los españoles asegura sentir mucha satisfacción cuando va al baño. El 43% siente una satisfacción moderada. El 7%, ninguna satisfacción.

El 27% no hace nada, salvo lo que tiene que hacer.

EN LA DUCHA

El 67% de los españoles considera la ducha diaria como el despertador natural más eficaz.

9 de cada 10 prefieren la ducha al baño, y 2 de cada 3 la practican a diario.

El 9% de los hombres reconoce tardar más de 10 minutos en lavarse, frente al 14% de mujeres.

Un 92,1% utiliza gel, un 58,4% usa esponja y el 51,9% emplea champú.

Casi el 90% declara ducharse cuando se sienten sucios, y el 60,1% afirma hacerlo para relajarse.

Lo peor que le puede pasar al español cuando se ducha es quemarse al abrir el agua caliente. Así lo piensa el 33,23%.

Nos gusta la intimidad. El 58,3% siempre cierra la puerta del aseo cuando va a ducharse, y un 33,6% afirma que no le gusta nada que le vean mientras está bajo la alcachofa.

Un 40,5% canta espontáneamente bajo el agua, el 46% tararea canciones y el 26,8% canta al compás de la radio.

El 32,6% se decanta por el pop nacional y un 13,2%, por el inglés.

EN EL INODORO

El 47% de los hombres cree que las mujeres invierten más tiempo en el W.C. que ellos. El 54% de las mujeres opina justo lo contrario.

El 14,2% de los varones y el 5,2% de las mujeres emplean más de 10 minutos en su encuentro con el inodoro.

El 52,3% de los españoles prefiere la mañana para usar el váter. Al 39% de los hombres y al 24% de las mujeres le es indiferente la hora.

El 62% de los españoles prefiere estar solo en estas circunstancias. El 33% acepta que le acompañe alguien de mucha confianza. Al 5% no le importa las visitas de desconocidos.

1/3 de los encuestados utiliza siempre ambientador. Otro 1/3 sólo lo hace a veces.

El 82,3% de los hombres asegura bajar la tapa al terminar. Como el 81,5% de las mujeres.

No todo el mundo se preocupa por borrar sus huellas. El 63% de los hombres dice usar la escobilla.

ACCIDENTES

El 5,7% de las mujeres y el 3,9% de los hombres han sufrido uno alguna vez en el cuarto de baño.

El 4,2% de las féminas y el 2,9% de los varones experimentaron algún percance mientras estaban inmersos en su higiene personal.

Los resbalones son la principal causa de lesiones en el hogar, sobre todo durante la ducha o el baño.

PAPEL HIGIÉNICO

El 83% de los españoles afirma cambiar el rollo cuando se acaba. Pero el 50% es perezoso a la hora de reciclarlo.

El 72% de las mujeres considera que emplea demasiado papel, opinión que comparte el 58% de los hombres.

El 83% de las españolas es quien decide qué tipo de papel higiénico se va a utilizar en casa. La suavidad, y no otra cosa, es la característica que más valora el 81% de los españoles cuando tienen que elegir.

El papel higiénico da mucho juego a los españoles: el 50% asegura utilizarlo a modo de pañuelo; el 20% lo emplea para limpiar las superficies del hogar; un 10% de las mujeres lo usa para quitarse el maquillaje y un 8%, para limpiarse las gafas. Incluso a un sorprendente 2% le resulta cómodo como servilleta y hay quien se sirve de él para los trabajos manuales.

CONSUMO DE AGUA

El consumo medio en España es de 157 litros diarios por cada habitante.

En una ducha se emplean entre 50 y 80 litros, una cifra que se multiplica en el baño, ya que se gastan entre 150 y 300 litros.

Y cada vez que se tira de la cadena van por el desagüe entre 6 y 15 litros.

El cuarto de baño es el responsable del 65 al 70% del consumo total de agua del hogar.

DELANTE DEL ESPEJO

Un escueto 15,3% de los hombres se aplica cremas o lociones para el cuerpo, frente al 69,5% de las mujeres.

El 41,5% de las féminas se tiñe el pelo, mientras que sólo el 3% de ellos se decide a coloreárselo.

El 77% de los hombres y el 98% de las mujeres usan desodorante a diario. Y nada menos que un 11% de los españoles lo emplea ¡únicamente en verano!

El 53,3% de los hombres y el 59,9% de las mujeres se refrescan la boca con elixires bucales.

El 59% de los hombres emplea maquinillas desechables; el 39,2%, eléctricas y el 37,3%, recargables. Un 65,3% se aplica productos para después del afeitado.

El 41,6% de las mujeres usa máquinas eléctricas de depilar; el 39,7%, desechables y el 32,4%, ceras. Y hasta un 66% de los hombres afirma haberse afeitado o depilado el vello en alguna ocasión.

La zona que más se afeita la población es el pubis, 33,6%, seguida de cerca por el pecho, 28,8% y las axilas, 27,1%.

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